miércoles, 7 de diciembre de 2011

Giro y empujón a la derecha

La situación política en que el propio gobierno se ha colocado respecto al conflicto en Cajamarca ha invertido los papeles, la derecha a través de la Gran Prensa (GP en adelante) lo elogia por haber madurado, por poner orden; mientras que una buena cantidad de gente que no tiene acceso a la GP y que hasta hace algunos días apoyaba a Humala hoy lo llama traidor.

Los hilos que se manejan en política suelen ser mucho más complejos que estas simplificaciones; pensar en un Humala traidor, secuestrado o vendido y en una derecha todo poderosa que puede torcer voluntades en unos cuantos días es dejarse llevar por la pasión; (casi siempre mala consejera) asumir de aquí en adelante que el presidente traicionó a la gente que lo llevó al poder y que por tanto como traidor debe ser tratado tiene un solo claro beneficiario: La derecha.

Porque la derecha existe, y en el Perú es sucia, rastrera y oligofrénica, recordemos que fue la derecha la que amenazó con irse del país si Vargas Llosa no era elegido en el 90; infelizmente no se fue, y semanas después aplaudía el shock del gobierno de Fujimori; algunos meses luego, el año 92, criticó el autogolpe de la boca para afuera, pero de inmediato se alineó con la dictadura, establecieron alianzas estratégicas, convalidaron la aprobación de la nueva constitución el 93 haciéndose de la vista gorda ante el fraude evidente en el referéndum que la aprobó. En el 95 la derecha, para entonces ya aliada firme del fujimorismo aplaudió la ley de amnistía general, que liberaba a los asesinos de La Cantuta, aplaudió a rabiar la intervención administrativa a San Marcos en el mismo año; la intervención militar que venía de cuatro años atrás fue aplaudida con el mismo entusiasmo, en la UNI mientras tanto, con Javier Sota Nadal a la cabeza (quien ahora funge de educador demócrata) descabezó al movimiento estudiantil, cerró el comedor de estudiantes, expulsó, igual que en San Marcos no solamente a estudiantes “eternos” sino a todo aquel que le era incómodo.

Cuando Fujimori perdió las elecciones ante Toledo el 2000 (porque las perdió, luego hicieron el enroque) la derecha se hizo (otra vez) de la vista gorda, y convalidó (nuevamente) el fraude electoral; luego cuando se destaparon los vladivideos, acorralados, fingieron asco ante tanta podredumbre, que todos conocíamos mas nadie pudo probar hasta entonces; pero tuvieron el aplomo suficiente (concha sería más propio) de plantear a través de Lourdes Flores “que Fujimori se quede y dirija el proceso electoral del 2001”.

Si vamos más atrás, la derecha fue la que puso de moda vestirse con prendas inspiradas en la vestimenta indígena y bailar huayño en las reuniones sociales durante el gobierno de Velasco, a quien luego defenestró; y si repasamos lo último, prohijó a Alan García, quien se autosecuestró en el regazo de ella; contrató a Bayly, convirtió a la prensa en un coro desafinado y malsonante de putas escandalosas, maldijo a su otrora líder Mario Vargas Llosa, colgó videos en youtube de gente que quemaba sus libros.

Hoy está empeñada en una nueva tarea: Aislar a Ollanta Humala de la gente que lo llevó al poder, para ello no escatima elogios cuando el Presidente gira hacia su lado, ni críticas cuando no lo hace; tristemente no está sola en el esfuerzo, un grupo de gente está empeñada en empujarlo hacia allí, en hacerse propietarios de la izquierda; se autodefinen más rojos que el rojo puro y más nacionalistas que la nación, pero lograrán que Ollanta, entre inexperto y miope político termine en manos de la derecha, contra la que luchamos desde siempre, pero que aparentemente siempre gana, porque no aprendemos las lecciones, porque todos queremos ser rojo puro, porque no queremos entender que existen procesos, y mientras desatendemos e ignoramos las lecciones que nos dejó el año 68 y los siguientes, la derecha se frota las manos pensando en el día en que le meta una patada en el culo a su engreído de hoy, resucite a sus muertos, libere a sus sicarios y haga del Perú, una vez más, un poco su charcra (mina) y otro poco el patio trasero de “Eisha”.

Eros Vaca Charles