EL TRIUNFO DE PERÚ

El viernes 7 de junio último ganamos un partido que se venía jugando hace décadas, el partido contra la indecencia, el abuso, la prepotencia, la ignorancia elevada a virtud, la dictadura del montón que pretende (aún) que la verdad se impone por votación; que entiende que la democracia sirve para servirse de ella, y no sirve cuando no les favorece; ganamos el partido contra la falsa generosidad, esa que se conmueve por un viejito en cárcel pero a la que las muertes inocentes le parecen el “costo necesario” de la “paz y el desarrollo”.

Les ganamos a los que se hacen los locos, porque dizque no sabían que el país se desangraba por obra de Rivas y Sosa y que en el SIN había un proxeneta reclutando putas por montones, y que esas putas manejaban la prensa, la fiscalía de la nación, el congreso, la TV de entretenimiento, las universidades; que hubo una dama que se atrevió a denunciar a su cuñada ladrona y por ello fue recluida y torturada; todos sabíamos esto, pero las putas decían ¡NO ES CIERTO!, porque no había cómo probarlo, hasta que se probó, y entonces dijeron, ¡FUJIMORI NO LO SABÍA! (era el único idiota en el Perú que no lo sabía)

El rival derrotado, encarnado en los fujimoristas, los apristas y todos los que repentinamente se volvieron humanitarios y abogaron por el indulto a favor del reo Fujimori, reclama hoy humanidad, compasión, generosidad, borrón y cuenta nueva, todo en nombre de la reconciliación nacional; pero esta solo se dará cuando hayan sanado las heridas de las víctimas inocentes, de sus deudos, cuando la conciencia colectiva del país crea en la existencia de la justicia como bien común y no como mercadería.

Reclama el rival que el reo fue el mejor presidente del Perú, ese es un juicio de valor, el mejor para ellos, el peor para muchos otros, ¿cuál es el juicio válido?, lo cierto es que el pretendido bienestar actual, que se atribuye a Fujimori descansa sobre sangre, muerte, injusticia, corrupción; lo innegable es que el año 2000, el gobierno se cayó de podrido, y el país estuvo cerca de pudrirse con él; así que la negación del indulto es un paso hacia la construcción de una justicia real, no solamente formal.

La reconciliación nacional que reclama Movadef, antes Sendero Luminoso junto al Fujimorismo, a Javier Valle Riestra y otros conspicuos cómicos nacionales es en realidad el peor caldo de cultivo de la violencia; la verdadera reconciliación nacional solo puede nacer de la justicia; el viernes 7 de junio del 2013 se dio un paso más en ese sentido.

Leonel Fuentes Avila